¿Cómo escoger un buen dentista?

Cuando vamos a una clínica dental, lo hacemos por que la vimos en una publicidad, ya sea impresa, audiovisual o digital, porque tiene buenas reseñas en Google, porque los precios se adaptan a nuestro presupuesto, o bien porque alguien nos recomendó el lugar o a un profesional específico.

Es bastante complicado dar con una clínica y unos dentistas que cumplan con todas nuestras expectativas, sobre todo en un sector tan saturado como el dental, que nos da tantas opciones y hace más complicada la elección. ¿En quién creer? ¿Me estarán timando? ¿sabrán realmente lo que hacen? ¿cumplirán todo lo que me prometen? Estas preguntas son las que cada vez más se hacen los pacientes, por lo que la recomendación de otra persona sigue siendo la forma más fiable de elegir en manos de quién poner tu boca.

ATENCIÓN AL DETALLE DE TU CASO

Como todo en la vida, el sentido común es fundamental en la toma de decisiones: hay que tomar en cuenta primero que todo, si un dentista o clínica te trata como mereces o sólo como un cliente más, si toma en cuenta tus expectativas o simplemente te impone un plan de tratamiento, queriendo sólo “vender” y así alcanzar objetivos financieros, pero sobre todo si en esa primera consulta se toman el tiempo de mostrarte con medios audiovisuales 3D y con una explicación minuciosa todos los aspectos relacionados con tu tratamiento, dándole solución no sólo a tu motivo de consulta, sino a todo en conjunto: salud, función y estética.

TRASPARENCIA Y HONESTIDAD

Además, mostrarte casos similares con resultados excelentes, y que no todo quede en “palabras técnicas complicadas” que te puedan confundir para conllevar a la aceptación del tratamiento. El dentista debe ser ante todo honesto con el paciente, hablando no solo de lo bueno, sino de lo que es posible y lo que no, en base al respeto ético de los límites biológicos.

La información es poder, y una información completa, pero sobre todo honesta es la mejor fuente de fidelización de un paciente a un dentista o una clínica. Por supuesto los precios de los tratamientos es un importante factor que considerar: no todo lo “costoso” es necesariamente bueno, ni lo “accesible” es necesariamente malo. Existen precios justos adecuados a un mercado, que deben ser explicados y ofrecidos de una manera honesta.

«NO ES LO MISMO…»

Otro elemento fundamental que considerar, son los materiales, equipos e instrumental que el dentista o clínica utilicen. No es lo mismo un implante de marca blanca, a un implante Straumann de alta tecnología suiza. No es lo mismo Invisalign que un sistema de alineadores transparentes de marca de dudosa reputación. No es lo mismo trabajar con un laboratorio que confeccione prótesis de estética deplorable, a uno que tenga trayectoria nacional e internacional y que ofrezca prótesis con resultados de alta estética con materiales perdurables y garantizados. No es lo mismo que te realice la ortodoncia un especialista que te atienda en todas las citas aclarando en todo momento tus dudas y expectativas, a que siempre te atienda un asistente diferente que no esté enterado del inicio y evolución de tu tratamiento.

SIEMPRE INVESTIGA ANTES

Estamos en la era de la información, la cual está allí para todo el que quiera acceder a ella. Por eso siempre recomiendo a mis pacientes investigar antes de hacerse un tratamiento dental, pues de la elección correcta del dentista o clínica dependerá no solo la resolución del problema dental, sino la justificación del tiempo, dinero y expectativas invertidos en ese tratamiento dental.

La confianza en un profesional o profesionales no se pide sino se gana. Como todo en la vida, las decisiones deben ser tomadas con criterio, siendo la información veraz la fuente para argumentarlo.